Simbiosis entre videojuegos y arqueología
Los videojuegos han formado parte de nuestro desarrollo, con el creciente avance tecnológico son cada vez más realistas, mejor estructurados y con mayor complejidad, gracias a esto existe una inmensa variedad de géneros. Se ha comprobado también que los videojuegos son capaces de desarrollar en el ser humano aptitudes de forma eficiente, desde mejorar la atención y capacidad de respuesta, hasta aumentar el factor “g” de las competencias intelectuales, es decir, nuestra habilidad de razonamiento y/o poder de realizar varias tareas al mismo tiempo.
Por otro lado, el avance en la tecnología ha permitido a los investigadores facilitar su trabajo, desde cosas sencillas como registrar sucesos o acontecimientos, el comportamiento de un ser, hacer operaciones de una manera más asertiva y rápida, hasta la capacidad de recrear o crear eventualidades que antes sería imposible presenciar. Por ejemplo, en el caso de aquellos que se dedican a estudiar a las civilizaciones antiguas, sus contribuciones y legados que nos han dejado como huella de una gran sociedad o civilización, con ayuda del desarrollo digital es posible recrear sitios o acontecimientos. ¿Qué pasaría si el tiempo y escasos recurso alejaran a los arqueólogos de esta maravillosa ciencia?, por ello actualmente la arqueología virtual es una realidad.
Ahora es posible descubrir cómo eran civilizaciones antiguas, sus estructuras, la forma de vida que mantenían sus habitantes, resulta tan sencillo y divertido como sentarte en tu consola o dispositivo favorito y elegir uno de estos juegos, mismos que cuentan con la posibilidad de crear imperios, civilizaciones, manipularlos a tu modo y tomar las mejores decisiones para conquistar a otros.
Existen videojuegos que van desde cosas sencillas como controlar pueblos, crecer sus aldeas, posteriormente armar un reino y combatir, mientras que otros, adicional a esto, permiten controlar criaturas mitológicas como dragones, orcos, entre otros, para demostrar quién es el mejor estratega y ¡conquistar nación por nación, reino por reino, hasta ser el soberano máximo!