Prestamos: algunas nociones elementales

Miles de millones se mueven a cada segundo en todas partes del mundo. El entramado de las relaciones económicas y financieras no descansa jamás. «El dinero es lo que mueve al mundo», dicen algunos, y no es algo que diste mucho de la realidad. Para cualquiera es fácil comprobarlo, ya que la economía no son solo indicadores macro o grandes movimientos de dinero. Las finanzas personales también se ven afectadas por todo lo que ocurre en el sistema. Muchos de nosotros acudimos a la ayuda de expertos y especialistas en finanzas para entender mejor cómo manejar nuestro dinero en un mundo cada vez más complejo y, en apariencia amenazante. Con o sin ayuda, la planificación es y será siempre lo más importante, por es que en este artículo intentaremos aclarar algunos conceptos relativos a una de las relaciones más comunes en el ámbito de los negocios y las finanzas: los préstamos.

¿Qué son los préstamos?

Un crédito, cómo también se le conoce, es por definición, una relación financiera en la que una parte da a otra una determinada cantidad de dinero, comprometiéndose ésta a devolverlo en partes y plazos previamente acordados. Parte del acuerdo previo incluye el pago de intereses, seguros y algunos costos asociados. Como vemos, y es además lo que indica el origen de la palabra crédito, la relación en la que se basa debe estar fundamentada en la confianza. Si un banco o institución financiera no confía en sus clientes, no les puede otorgar créditos. Es por esto que los bancos ejecutan estudios de riesgo por cada solicitud de crédito que reciben, a fin de evaluar si el posible deudor está en capacidad o no de cumplir con el compromiso que adquiere en caso de concretarse la transacción.

En términos jurídicos, un préstamo o crédito sería una especie de contrato mutuo, en la que ambas partes (acreedor y deudor) se comprometen a cumplir con ciertos acuerdos establecidos en la etapa de la negociación. Al proceso de pago del deudor al acreedor se le conoce como financiación de la deuda, y por lo general este lo ejecuta sobre la base de las ganancias futuras que pueda tener en el período de tiempo estipulado en el contrato para el pago del préstamo. De su total cumplimiento depende que el acreedor no solo mantenga su confianza y garantice futuros préstamos, sino que también ejecute penalizaciones, igualmente establecidas en el contrato, cuyo fin es el de disuadir a cualquier deudor de una posible negativa a cumplir con el compromiso.

Tipos de préstamo

En un mundo financiero creciente y complejo, los tipos de préstamos son muchos y están a la disposición de quien esté interesado y tenga la solvencia suficiente. El crédito tradicional es el que todos entendemos como un préstamo: se estipulan una cifra, unas cuotas, unos lapsos de tiempo y unos intereses de común acuerdo entre las partes. Pero las instituciones bancarias han creado una serie de productos que están orientados a las diferentes necesidades comerciales o personales de sus clientes, sean personas o empresas.

Entre estos diferentes tipos de crédito podemos encontrar los que se hacen al consumo, el comercial, los créditos hipotecarios, los créditos personales, rápidos, automotrices, educativos, microcréditos, empresariales, etc. Como podemos ver, pareciera existir uno para cada ocasión, configurado para satisfacer las necesidades de todo tipo de cliente: el trabajador, el empresario, el estudiante, el trabajador independiente, etc. Para cerrar, podemos decir que de la voluntad y la solvencia del deudor de cumplir a cabalidad con los acuerdos suscritos dependerá siempre la continuidad de la confianza entre él y la institución bancaria. Por eso, es preciso entender que solicitar un crédito es una decisión importante, que debe ser tomada desde el más profundo esquema de transparencia y organización.